La verdad fue doloroso saber de este caso y lamentable, ya que por falta de conocimiento este hijo de Dios se quito la vida.  desconociendo la  perfecta voluntad de Dios, desconociendo la Palabra de Dios al respecto.

Espero traiga revelacion a sus vidas, para que renueven su mente con la Palabra (Rom.12:2) y puedan conocer la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.

 Bendiciones

Atte.
Sergio y Silvia Soto

sergiomichell@hotmailo.com

CAPITULO 5

  QUE DIJO JESUCRISTO DEL AYUNO, DE LA ABSTENCIÓN DE ALIMENTOS

 Así mismo, comenzaremos por analizar lo que el mismo Señor Jesucristo nos dijo con respecto al ayuno de abs-tención de alimentos:

 Mateo 9:14  Entonces vinieron a él los discípulos de Juan,  diciendo:  ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces,  y tus discípulos no ayunan?
 

Mateo 9:15  Jesús les dijo:  ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos?  Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado,  y entonces ayunarán.

 
En esta escritura estamos viendo claramente que el mis-mo Señor Jesucristo al preguntarle los discípulos de Juan del porque sus discípulos no se abstenían de alimentos, El mismo Señor Jesucristo les contesto que sus discípulos no estaban de luto para ayunar;  esto confirma el ayuno que se estaba haciendo en el viejo pacto, que era por aflicción, duelo o luto, por la muerte de alguien, por estar cerca de una destrucción, por temor a tiempos de escasez o hambre, etc.  y nos deja una enseñanza tan clara al hablarnos de que estaban ellos en bodas, esto es de alegría y  regocijo, pero les aclaró algo muy importante, que es, que volverían a la aflicción  con ayuno de abstención de alimentos, cuando el Señor Jesucristo les fuera quitado.

 
Quiero abundar un poco mas en este tema,  cuando Jesús les dijo que cuando el esposo les fuera quitado, ellos volverían a ayunar;  lo que significa que cuando El ya no estuviera con ellos y con todos sus discípulos in-cluyéndonos  a nosotros, tenían que  volver  a ayunar, a abstenerse de alimentos.   Pero ahora vamos a ver y a analizar  el tiempo que Jesucristo no estuvo con sus discípulos o su iglesia, esto es, cuando el maestro les fue quitado y hasta que el volvió con ellos y con su iglesia nuevamente, como sigue:

Jesús les dijo a sus Discípulos:

Juan. 16:16-18  Todavía un poco,  y no me veréis;  y de nuevo un poco,  y me veréis;  porque yo voy al Padre.  Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros:  ¿Qué es esto que nos dice:  Todavía un poco y no me veréis;  y de nuevo un poco,  y me veréis;  y,  porque yo voy al Padre?   Decían,  pues:  ¿Qué quiere decir con:  Todavía un poco?  No entendemos lo que habla.

 

Juan 16:19  Jesús conoció que querían preguntarle,  y les dijo:  ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije:  Todavía un poco y no me veréis,  y de nuevo un poco y me veréis?

 

Juan 16:20  De cierto,  de cierto os digo,  que vosotros lloraréis y lamentaréis,  y el mundo se alegrará;  pero aunque vosotros estéis tristes,  vuestra tristeza se convertirá en gozo.

Juan 16:21  La mujer cuando da a luz,  tiene dolor,  porque ha llegado su hora;  pero después que ha dado a luz un niño,  ya no se acuerda de la angustia,  por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.

 

Juan 16:22  También vosotros ahora tenéis tristeza;  pero os volveré a ver,  y se gozará vuestro corazón,  y nadie os quitará vuestro gozo.

 

 

Realmente en estos pasajes bíblicos se estaba refiriendo Jesús, que él solo estaría un poco de tiempo lejos de ellos, y ese tiempo se refiere al que estuvo en la cruz y en el infierno llevando los pecados y  sufriendo por todo el mundo, solo tres días y tres noches en el centro de la tierra (Mateo 12:40), pero gloria a Dios que al tercer día resucito y venció a la muerte. (fundamentos bíblicos).

 

Mateo 12:40  Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches,  así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

 

Apocalipsis 1:18  y el que vivo,  y estuve muerto;  mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos,  amén.  Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

 

Romanos 8:11  Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros,  el que levan-tó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

 

Jesucristo  fue el primero que nació de los muertos espi-rituales en el Nuevo Pacto, y eso es lo que Jesucristo  les trataba de decir  a sus discípulos y los de Juan, cuando se estaba refiriendo a que la mujer después que ha dado a luz ya no se acuerda de su angustia por ver que  ha nacido un hombre en el mundo y ese hombre simboliza a Jesucristo,  el que resucitó de los muertos espirituales del infierno, el primogénito de la nueva creación de espíritus nacidos de nuevo, ya que el fue el primero que fue engendrado directamente en el infierno. (fundamen-tos bíblicos).

 

Hechos 2:27  Porque no dejarás mi alma en el Hades,

 Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.

 

Apocalipsis 1:5  y de Jesucristo el testigo fiel,  el primogénito de los muertos,  y el soberano de los reyes de la tierra.  Al que nos amó,  y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,

 

Colosenses 1:18  y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia,  él que es el principio,  el primogénito de entre los muertos,  para que en todo tenga la preeminencia;

 

Hebreos 1:6 Y otra vez, cuando introduce al Primogéni- to en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.

 

Por esto,  ahora en el Nuevo Pacto,  nosotros ya no tene-mos que ir al infierno a pagar y ser engendrados allá,  sino que ahora por su sacrificio perfecto somos engen-drados en esta tierra, al  creer en Jesucristo, confesarlo como nuestro Señor y creer que Dios le levanto de los muertos del Abismo (Romanos 10: 6,7,9).

 

Así es que ahora, ya no ayunamos en la carne, abste-niéndonos de alimentos,  porque ahora ya Jesucristo esta con nosotros de nuevo, el vive en nosotros, porque él resucito de los muertos y él mismo nos dijo que se gozara nuestro corazón y nadie nos quitara ese gozo, esto es ya jamás vamos a estar en luto o en aflicción porque el autor de la vida esta en nosotros, todos los días hasta el fin del mundo. (fundamentos bíblicos).

 

Mateo 28:20  enseñándoles que guarden todas las co-sas que os he mandado;  y he aquí yo estoy con vo-sotros todos los días,  hasta el fin del mundo.  Amén.

 

Galatas 2:20  Con Cristo estoy juntamente crucificado,  y ya no vivo yo,  mas vive Cristo en mí; 

 

Por esto,  cuando el señor Jesucristo les dijo a sus após-toles,  que cuando él les fuera quitado ayunarían, se refería precisamente a que ellos iban a estar en ese tiem-po de aflicción, duelo o luto, porque el había muerto, pero solo fue por tres días, pero que al resucitar de entre los muertos del Hades, ya no habría jamás luto por su muerte,  sino gozo por su resurrección y vida eterna, ya que  el iba a estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.   Es por eso que ahora nos gozamos por su presencia eterna en nosotros, ahora ya no hay necesidad de afligirse o sea estar de luto y ayuno de abstención de alimentos. amen.

 

Para mayor confirmación de lo estamos diciendo el Se-ñor Jesucristo,  después de hablarles a sus discípulos y los discípulos de Juan, de que el ayuno ya no lo harían jamás, que ya no era necesario porque su presencia después de resucitar iba a ser eterna en su  pueblo, porque de ahí en adelante él iba a estar siempre entre nosotros los que hemos creído en él como el Mesías, les aclaró algo muy importante diciéndoles esta parábola para que ellos comprendieran mejor lo que les quiso decir respecto al ayuno, y dándoles a conocer en qué pacto es donde los hombres  ayunaban.

 

 

Mateo 9:16-17  Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo;  porque tal remiendo tira del vestido,  y se hace peor la rotura.

 

Mateo 9:17  Ni echan vino nuevo en odres viejos;  de otra manera los odres se rompen,  y el vino se derra-ma,  y los odres se pierden;  pero echan el vino nue-vo en odres nuevos,  y lo uno y lo otro se conservan juntamente.

 

Jesucristo les estaba hablando precisamente del viejo hombre, y del nuevo hombre creado según cristo Jesús, el odre viejo representa el viejo hombre, esto es, que uno que quiera vivir en el nuevo pacto no puede mezclar o combinar con  la gracia, la ley de las obras en la carne, esto es,  no puede mezclar viejo hombre con nueva criatura (2cor 5:17).    Ya que en el nuevo vino, que es el Nuevo Pacto, la naturaleza espiritual del que esta en Cristo Jesús, ya no puede tomar parte de lo viejo, esto es de la ley de obras de la carne o tradiciones judías;  que en este caso sería la abstención de alimentos para dar duro trato al cuerpo;  sino que ahora que vivimos en la gracia o sea el Nuevo Pacto, donde somos nacidos de nuevo, no podemos mezclar o combinar el ayuno en la carne, porque entonces sucederá que el pensamiento del hijo de Dios que se quedo en el viejo pacto (ayuno en la carne) no podrá soportar el evangelio de fe en nuestro Señor Jesucristo,  porque entonces se romperá y se de-rramaran los beneficios y bendiciones del Nuevo Pacto y hasta puede llegar a  perderse ese viejo odre, esto es perecer, por estar mezclando viejo pacto con nuevo, por estar mezclando la Ley de obras, de abstencionismos con la gracia salvadora de Nuestro Señor Jesucristo.

 

 

No se puede estar mezclando la ley de Moisés de abstencionismos en la carne, o tradiciones de  hombres en la carne, con la gracia redentora del Nuevo Pacto, porque cualquiera que quiera solo utilizar una parte de la ley, o de tradiciones de hombres, esto es agradar a Dios en la carne, esta obligado a guardar la ley en todos sus preceptos.

 

 

SANTIAGO 2:10  Porque cualquiera que guardare toda la ley,  pero ofendiere en un punto,  se hace culpable de todos.

 

Además de esto, podemos decir que los que comienzan con la gracia y se regresan a la ley y a las tradiciones de hombres, de lo cual podemos ver muchos casos, tan es así, que en los tiempos bíblicos se habla de muchos casos de creyentes que estaban regresando a la circuncisión de la carne para ser salvos, esto es, a hacer obras para lograr la eterna salvación, desechando la gracia de nuestro Señor Jesucristo, no entendiendo que los que quieren seguir bajo las obras de la ley y de tradiciones de hombres, esto es, obras de la carne,  se meten ellos mismos en un terreno de maldición de lo cual el Señor ya los libró (Gálatas 3:13).

Galatas 3:10  Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición,  pues escrito está:  Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley,  para hacerlas.

 

Así es que cualquiera que quiera regresar a la ley y a las tradiciones de los Hombres, esto es, a agradar a Dios por medio de la carne, de sacrificar la carne con abstencionismos de alimentos y de otras cosas, se están regresando a las maldiciones y trae consecuencias drásticas a sus vidas, ya que continuamente están es-cuchando semillas de ley que son  tradiciones de hombres, esto es,  están sembrando palabras que fueron dadas a Moisés para la carne y no para el espíritu, lo cual puede traer destrucción repentina a sus vidas.

 

Galatas 6:8  Porque el que siembra para su carne,  de la carne segará corrupción (Griego=Fdsorá= destruc-ción espontánea);  mas el que siembra para el Espíritu,  del Espíritu segará vida eterna.

 

Es por eso que el vino del Nuevo Pacto, esto es la palabra de Jesucristo para los nacidos de nuevo, no puede ser mezclada o combinada con pensamientos de ley, de tradiciones de hombres, de obras y actos en la carne, porque al final este odre no podrá  permanecer por mucho tiempo en esta tierra.

 

 

CAPITULO 8

 JESUCRISTO Y EL AYUNO DE MATEO 6:16

Después de las pruebas bíblicas anteriores, posiblemente usted estimado lector se pregunte por uno de los textos bíblicos, donde el mismo Señor Jesucristo habló sobre esta práctica que era muy común entre los israelitas, y donde aparentemente se ve que él estaba autorizando que se continuara ayunando, y que se siguiera con esta práctica de sacrificio del cuerpo; lo cual aparentemente, parece que es una contradicción con lo que antes hemos analizado de lo que el mismo Jesucristo dijo respecto al ayuno;  por lo que ahora entraremos al análisis detallado de  este texto bíblico controversial, como sigue:

Mateo 6:16-18  Cuando ayunéis,  no seáis austeros,  como los hipócritas;  porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan;  de cierto os digo que ya tienen su recompensa.  Pero tú,  cuando ayunes,  unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas,  sino a tu Padre que está en secreto;  y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

 

Al leer este texto bíblico, a simple vista se puede llegar a pensar, que el mismo Jesucristo estaba dando autoriza-ción de que se continuara ayunando, parece ser que él estaba dando publicidad a que se siguiera con esta práctica de sacrificio del cuerpo;  también se podría pensar, que Jesucristo sí estaba de acuerdo con lo que se hacia hasta ese entonces por parte de los Judíos, cuando realizaban esta práctica en el contexto malinterpretado de la  Ley de Moisés; pero ahora analizaremos el porqué Jesucristo dijo estas palabras en este texto bíblico y en que contexto lo dijo, a continuación:

  

Como lo hemos venido analizando en capítulos anterio-res, Jesucristo estaba en total desacuerdo en que se continuara con esta práctica de sacrificio del cuerpo, y la abstención de alimentos que él mismo tuvo al momento de estar en el desierto, ya explicamos con bases bíblicas, que lo hizo por circunstancias especiales que sucedie-ron, como es, que estaba en la misma presencia del Padre, y además él tenía un cuerpo transformado en inmortal, igual que el de Moisés en el monte sinaí, el cual no podía sufrir los estragos del hambre, ni necesitaba de alimento natural para subsistir, tal como lo analizamos en el Capítulo anterior.

 

 

Así mismo, estimado lector, hacemos de su conoci-miento que, siempre que se analiza un versículo bíblico, para comprender mejor de que se trata, o mas bien, que es lo que Dios quiso dar a conocer en ese texto bíblico y que es lo que Dios pretendió decir cuando mencionó algunas palabras en cada pasaje de la Biblia;  siempre  es importante analizar el contexto bíblico y que representa un proceso de análisis bíblico que utilizan todos los investigadores de la Palabra de Dios; por lo que el estudiar el contexto de cada verso bíblico, sería entrar a un análisis profundo de versos bíblicos anteriores y posteriores al texto de referencia, así como ver la época y lugar donde acontecieron los hechos o se dijeron esas palabras,  esto con la finalidad de comprender realmente de que se trata cada palabra dada por inspiración de Dios a los profetas y escritores de la Biblia.

 

En este mismo sentido, al analizar estos textos bíblicos de Mateo 6:16-18, cuando  Jesucristo dijo que si alguien iba a ayunar no lo hiciera como los hipócritas, los cuales quieren que todos los hombres se den cuenta de que ellos ayunan, sino mas bien que si alguien pretendía ayunar,  en lugar de hacerlo como esos hipócritas, mejor lo hiciera en lo oculto sin que nadie se diera cuenta y con eso iba a recibir mejor recompensa de Dios.  

 

Así mismo, al entrar en el análisis del contexto bíblico, nos damos cuenta que todo este texto bíblico, esta dentro de un contexto donde Jesucristo les estaba hablando o se estaba dirigiendo a los que vivían aun en el tiempo de la Ley de Moisés, no a los del Nuevo Pacto, no a  los que ahora somos nacidos de nuevo; ya que dentro del contexto nos damos cuenta de dos situaciones importantes que nos confirman que este discurso estaba dirigido y solo era aplicable para los que estaban bajo la ley de Moisés, los cuales enunciaré a continuación:

 

 

A).- Para empezar podemos decir que antes de que Jesucristo resucitara, todos eran muertos espirituales y todos tenían el pacto o mandamiento de Dios de cum-plir la Ley de Moisés.  Así mismo, todos estaban confi-nados bajo  la Ley, de tal forma, que Jesucristo cuando dice estas palabras diciéndoles de qué manera tenían que ayunar, les hablaba a Judíos, que vivían y estaban bajo la ley de Moisés, no a gentiles ni a los hijos de Dios nacidos de nuevo en el Nuevo Pacto, tan es así, que si vemos unos cuantos versos bíblicos anteriores al texto de referencia, nos damos cuenta de lo que Jesucristo estaba hablando y es lo siguiente:

 

 Mateo 5:27-28  Oísteis que fue dicho:  No cometerás adulterio.   Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla,  ya adulteró con ella en su corazón.

 Nota: Jesucristo estaba mencionando lo que dice la Ley en  Exodo 20:14, Deuteronomio 5:18.

 

 Mateo 5:38-39  Oísteis que fue dicho:  Ojo por ojo,  y diente por diente.    Pero yo os digo:  No resistáis al que es malo;  antes,  a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha,  vuélvele también la otra;

 

Nota: Jesucristo estaba mencionando lo que dice la Ley en  Éxodo 21:24, Levítico 24:20, Deuteronom. 19:21.

 

Estos textos bíblicos anteriores confirman de que Jesucristo estaba dirigiendo su discurso a Judíos que se regían y vivían bajo  la Ley de Moisés y no a nosotros a los que ahora ya no nos es aplicable la Ley de Moisés, porque ahora pertenecemos a este Nuevo Pacto, al Régimen del Espíritu y no al de la carne.   Posiblemente usted estimado lector, si es de los que han nacido de nuevo en su espíritu, que vive ahora en Jesucristo, en estos momentos se pudiera estar haciendo esta pregunta:   ¿Si yo he creído en Jesucristo, entonces todavía me es aplicable el tener que cumplir la Ley de Moisés?.     Lo que le podemos decir estimado lector,  es que bíblicamente  usted ya no esta obligado a cumplir esa Ley, porque ésta, solo fue  aplicable antes de que Jesucristo viniera y resucitara;  y si usted es una persona que ya reconoció a Jesucristo como su Señor, que ya experimentó el Nuevo nacimiento espiritual, que ya fue declarado justo por el precioso sacrificio de Jesucristo, entonces usted ya no tiene la obligación de cumplir y regresar a la Ley de Moisés, la que solo fue una sombra del Nuevo Pacto, una sombra de lo que ahora es espiritual.

 

 

Estimado lector, quisiéramos darle estos textos bíblicos para que los analice, donde demostramos que la ley de Moisés ya no nos aplica a nosotros, a los que hemos sido declarados justos por ese sacrificio perfecto de Jesucristo, los cuales  a continuación transcribimos:

 

1Timoteo 1:9  conociendo esto,  que la ley no fue dada para el justo,  sino para los transgresores y desobe-dientes,  para los impíos y pecadores,  para los irre-verentes y profanos,  para los parricidas y matricidas,  para los homicidas,

 

Simplemente la Ley de Moisés ya no aplica para los justos o justificados, los que ahora han sido santificados por la sangre de Jesucristo, los que ahora han cambiado su naturaleza de pecado a una naturaleza divina; sino mas bien la Ley fue aplicable a los que aun no habían resucitado por medio de Jesucristo, a los muertos espiri-tuales, los que estaban llenos de delitos y pecados, por su naturaleza pecadora que entró debido al pecado de Adán.

 

 

B).- Otra de las pruebas bíblicas irrefutables que pode-mos mencionar, al analizar el contexto del texto bíblico de Mateo 6:16-18, para demostrar que cuando Jesucristo estaba diciendo que ayunaran,  se estaba refiriendo a los que vivían bajo la Ley de Moisés, es que él estaba hablando de lo siguiente:

 

Mateo 6:1  Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres,  para ser vistos de ellos;  de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.

 

Con esta cita bíblica, nos damos cuenta de que Jesucristo esta hablando de que el hombre evite el hacer su propia justicia, esto es, el querer agradar a Dios por sus obras de la carne u obras de la Ley de Moisés que es lo mismo; él les estaba diciendo, que en lugar de buscar por sus propios sacrificios de la carne el ser declarados justos delante de Dios, mejor buscaran la justicia de Dios,  que es por la fe, en creer que había venido un salvador para que ellos ya no tuvieran que vivir por sacrificios de su cuerpo, sino por creer solamente que había venido uno al mundo que los iba a justificar gratuitamente. 

 

Así como Abraham creyó que habría alguien que iba a justificar a la humanidad aún muchos siglos antes de que sucediera el evento,  eso mismo quería Jesucristo que ellos creyeran y que su fe por creer en ese sacrificio del Mesías, les fuera contada por justicia, así como lo fue para Abraham el padre de la fe, para demostrar este hecho daré la siguiente cita bíblica:

 

Romanos 4:3-5  Porque  ¿qué dice la Escritura?  Creyó Abraham a Dios,  y le fue contado por justicia. Pero al que obra,  no se le cuenta el salario como gracia,  sino como deuda;  mas al que no obra,  sino cree en aquel que justifica al impío,  su fe le es contada por justicia.

 

Jesucristo se dirigía a ese grupo de Judíos, que aún vivían bajo la Ley, para que ellos evitaran seguir con la Ley, y buscaran la justicia de Dios que es por la fe, que es creer que había venido uno al mundo para justificar a los pecadores e impíos, y así lograran que su fe les fuera contada por justicia, esto es, fueran declarados justos delante de Dios, tal como lo fue Abraham, por el solo hecho de creer en Jesucristo y así lograr su justificación o  salvación eterna.

 

Así que cuando Jesucristo se dirigió a los Judíos que andaban y les tocó vivir todavía bajo la Ley de Moisés, y les estaba hablando respecto al ayuno, no es que Jesucristo estuviera aprobando ese ayuno de abstención de alimentos, sino mas bien y de acuerdo al contexto, Jesucristo les estaba diciendo que el ayuno y todo el sacrificio que conlleva el maltratar o debilitar el cuerpo, es hacer su propia justicia, sin tomar en consideración a Dios, o sea que ellos cuando ayunaban, absteniéndose de alimentos, no estaban logrando ni alcanzando la justicia de Dios, sino que al ayunar ellos mismos estaban queriendo ser justificados por sus propios sacrificios infructuosos, de duro trato al cuerpo, y más aun, si ésos sacrificios los hacían para ser vistos por los hombres y que los hombres los alabaran.  

 

Realmente Jesucristo les estaba diciendo que no buscá-ran ser alabados y ser  vistos por  los hombres, para recibir recompensa de los hombres, ya que al ayunar no  lo hacían para agradar a Dios, sino para ser alabados por los hombres.   En efecto, en la escritura se habla de dos justicias, y una de ellas es, la que el hombre quiere alcanzar por medio de sus abstencionismos y sacrificios del cuerpo, queriendo obtener un beneficio de Dios y la otra es la justicia de Dios, la que es y viene por creer en Jesucristo, en su sacrificio perfecto;  pero veamos en que parte de la escritura se habla de estas dos justicias:

 

 

Filipenses 3:8  Y ciertamente,  aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conoci-miento de Cristo Jesús,  mi Señor,  por amor del cual lo he perdido todo,  y lo tengo por basura,  para ganar a Cristo,

 

Filipenses 3:9  y ser hallado en él,  no teniendo mi propia justicia,  que es por la ley,  sino la que es por la fe de Cristo,  la justicia que es de Dios por la fe;

 

Romanos 10:5-6  Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas,  vivirá por ellas. Pero la justicia que es por la fe dice así:

Romanos 10:8  Mas  ¿qué dice?  Cerca de ti está la palabra,  en tu boca y en tu corazón.  Esta es la palabra de fe que predicamos:

 

 

Estimado lector existen dos justicias, una que es la propia, la que pretende ser alcanzada por medio de obras y abstencionismos de la Ley de Moisés, de tradiciones de hombres, como es, el sacrificar el cuerpo para querer agradar a Dios y obtener un beneficio de El;   pero también existe otra justicia que es mejor que la justicia propia, y ésta es la  justicia que es por la  fe en el sacrificio perfecto de Jesucristo, y ésta ultima representa y es la justicia de Dios, la que siempre le  ha agradado, y es la que quiere que todos alcancen y anden por ella.

 
 Así es que cuando Jesucristo hablo estas palabras, del ayuno en Mateo 6:16-18, no se estaba dirigiendo a la iglesia del Nuevo Pacto o nacidos de nuevo, sino mas bien les estaba hablando a los Judíos muertos espiritua-les, que vivían, cumplían y estaban bajo la Ley de Moisés, de rituales y  tradiciones.   Es como si Jesucristo les dijera, que si ya estaban queriendo cumplir las  tradiciones,  pues que lo hicieran bien, sin vanagloriarse y sin ser vistos por los hombres;  pero esto no significa que el Señor Jesucristo haya dado autorización para que los religiosos continuaran con esta práctica, ya que como lo hemos analizado anteriormente y lo seguiremos analizando posteriormente a este capítulo, Jesucristo no aprobaba esta práctica religiosa, porque si así fuera el caso, de que el ayuno fuera aprobado por Jesús, entonces se contradeciría el mismo Jesucristo en todo lo que nos dijo al respecto, pero no es así Jesucristo jamás se contradijo, todo lo que dijo es verdad absoluta, pero para entenderlo solo hay que analizarlo con la revelación del Nuevo Pacto y del Espíritu de Dios, el cual nos da sabiduría para entender lo espiritual.

 

Por esto,  podemos decir confiadamente, que esta parte que habló Jesucristo, en el evangelio de Mateo, capítulo 6,  no nos aplica a nosotros los del Nuevo Pacto, para empezar, porque el  Nuevo Pacto comienza cuando Jesucristo murió y  resucitó (Hebreos 9:16-17), y aparte porque en ese contexto se ve claramente que Jesucristo les estaba hablando a los que estaban viviendo en el tiempo de la Ley de Moisés, a los que querían seguir ejerciendo su propia justicia, y ser declarados justos por sus sacrificios del cuerpo;   pero en ningún momento se dirigió y les habló a los nacidos de nuevo, a los que estamos en un Nuevo y mejor Pacto, establecido sobre mejores promesas.